lunes, 14 de julio de 2008

¿Quién tiene derecho a ser respetado según nuestros jóvenes y niños?


"La agresión a la Ministra Jimenez por una niña de catorce años, es simplemente el reflejo de la sociedad que estamos construyendo."

Hace ya bastantes años que el Estado, en su lucha por reinvindicarse con los derechos de los más pobres ha ideado políticas de protección social en que la cuestión central son: los derechos de los niños, los derechos de los más pobres, la igualdad social. En esta lucha legítima del Estado por una sociedad igualitaria se han desvirtuado los valores y confundido las prioridades en los ciudadanos. Se han creado, pero también han aparecido Instituciones que velan por los derechos de los niños, agrupaciones de derechos humanos, ONGs, políticas públicas y reformas constitucionales; profesionales como los sicólogos que hablan del comportamiento de los niños y de la gran cantidad de "traumas" a que nuestros niños y jóvenes están expuestos en su formación; los medios de comunicación, por otro lado, ponen énfasis en la vulneración de los derechos de los niños pero no mencionan las responsabilidades y deberes que estos mismos niños y jóvenes tienen frente a la sociedad, la naturaleza, la comunidad escolar, la familia.

Decía anteriormente que en esta lucha legítima del Estado se han desvirtuado los valores y confundido las prioridades de los ciudadanos (todos incluidos). Sin embargo, lo más grave y lo que ha desencadenado esta triste realidad, es que se han confundido los roles. Por años la función de educar y formar a los niños y jóvenes de nuestro país fue una tarea inherente a los profesores. Hoy el rol formador del profesor, ha sido reemplazado, por políticos que hablan de cómo formar y tratar a los niños, periodistas que opinan y critican la labor del profesor, sicólogos que entorpecen la labor formativa de los profesores con teorías basadas en comportamientos ideales, de niños que no existen, todo lo cual ha contribuido a que los profesores hoy en día, hayan perdido la importancia que la sociedad antaño le entregó en la formación de generaciones. Usted vea las noticias, cuando sucede algún hecho en que está involucrado un niño o joven, el periodista entrevista al Jefe del SENAME, al político de la comisión de Educación del Senado, al Sicólogo de la Universidad "X"; pero nunca se le pregunta al profesor, cuando son los profesores, los que pasan en promedio ocho diarias con los niños. Pregúntese usted ¿Hay alguien más capacitado para abordar los problemas conductuales y emocionales de los alumnos? Es indudable que hay casos en que se necesita la atención de un especialista, pero dejemos al profesor que decida si ese niño merece otro tipo de atención.
Con todos estos nuevos cánones el profesor ha perdido autoridad y respeto, y la escuela ya no cumple el rol formador porque no tiene las herramientas y no cuenta con el poyo de la sociedad, en cambio los que hoy cumplen la función de la formación de los estudiantes son los sicólogos por un lado, y los medios de comunicación, por otro. La sociedad está formando niños sobreprotegidos y victimizados. La jungla de la vida, en cambio, necesita ciudadanos fuertes, capaces de sobreponerse a la adversidad, capaces de controlar sus emociones, de usar la razón y cumplir con sus deberes, la escuela ha perdido el valor, porque la sociedad se lo ha quitado.

En aquellos sectores de alta vulnerabilidad social -y lo digo en base a la experiencia de mi trabajo-; a los niños no se les puede exigir un mínimo cuaderno porque son pobres, no se les puede hablar fuerte ni amonestar cuando se equivocan porque sienten vulnerados sus derechos, No se les puede integrar a las actividades de la escuela porque la mamá no quiere o su religión no lo permite, no se le puede colocar un 1,0 en la prueba aun cuando no haga nada, por que la reforma no lo permite. No se le puede amonestar ante conductas violentas, porque el padre reclamará. En cambio el profesor lo discrimina, el profesor le tiene mala, el profesor es el culpable, el profesor vulnera sus derechos. Esta es la sociedad que estamos construyendo con ciudadanos que crecen evadiendo sus obligaciones, haciendo responsables a otros de sus fracasos, justificando la flojera y el sedentarismo con patologías conductuales, tendencias políticas o religiosas, o condición económica o social.
Entonces, lo que le sucedió a la Ministra de Educación es simplemente la reacción de una niñita sobreprotegida y victimizada por la sociedad, que creció creyendo en que tenía el derecho a hacer valer su opinión, a ser escuchada, a defender sus ideales, y que tanto ella como la madre, piensan que todos los demás deben aguantar sus caprichos, porque es "una niñita sensible". Entonces, así como Música, "niños y niñas sensibles" en Chile hay muchos y no les importa a quien pasan a llevar, a quien agreden o atropellan, porque lo único que le importa son sus derechos; derechos que la sociedad, las políticas públicas, personajes emergentes, y los medios de comunicación se encargaron de pregonar con mucha autoridad, y el profesor que era el verdadero encargado de esta labor se transformó -según las teorías conductuales y sociales- en el retrógrada, el troglodita, el primitivo, el insensible.
A principio de los noventa la educación chilena tenía un solo problema "calidad", Hoy a la mala calidad de la educación se suma un problema mayor "la formación de los estudiantes". La dificultad es la siguiente: "Si no podemos formar, no tenemos calidad, porque para obtener calidad, aparte de todo el discurso ya conocido, es necesario establecer hábitos, conductas, habilidades, que faciliten y promuevan el aprendizaje"
¿Cómo hacemos para regresar al profesor la labor formativa de la sociedad?
Simple, sólo hay que cambiar el discurso, y en vez de hablar de los derechos de los niños que, no son menos importantes, hablemos tambien de los deberes; obligaciones y compromisos. En Chile todo el mundo se da el lujo de hablar del trabajo de los profesores, de juzgarlos, de dictar pautas de como sería el profesor ideal, pero ese, es tema para otro debate.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Espero que el hecho lamentable que le sucedió a la Ministra, sea la voz de alerta para el dueño de las opiniones de la sociedad, la televisión, la TV es el medio masivo de mayor audiencia,y los que opinan y hablan de "las cuestiones sociales" son aquellos que ven el mundo con un larga vista, no pertencen a ellos. Espero que se considere lo que dice la dueña de casa, el trabajador, el profesor, el dueño del negocio de la esquina que son la voz de la experiencia.

Marcelo Toledo Carrera dijo...

Me parece muy acertado tu opinion y agregaria algo más. la culpa fundamental de esto que esta pasando. es la responsabilida de los manda mases del sistema. los cuales por capricho de ellos o por estudios y experiencias de otras realidades fuera del pais copian y trasladan esa formula. a nuestro Chilito querido. el cual tiene una identida y caracteristicas propias. el gran responsable es el sistema el cual esta planteado para otro tipo de pais. no nuestro Chile con tanta gente que opina. pero en realida muy poca que hace algo real por mejorar el sistema.

Unknown dijo...

Saludos. Comparto plenamente tu opinión. Para antecedente puedo comentarte que soy ecuatoriana y ejerzo como docente de matematica desde marzo pasado. Me sorprende de sobremanera la actitud agresiva de los alumnos chilenos, su capacidad para buscar culpables y su desfachatada irresponsabilidad ante sus deberes como estudiante. A nivel internacional, Chile tiene un muy buen prestigio respecto de su educación, pero conociendo lo que se vive a diario en los colegios, realmente ahora veo que solamente es imagen que refleja la educación superior, porque en básica y media la realidad es complentamente distinta. Ante la agresión a la Ministra Jimenez es una lástima que el mismo colegio de profesores avale una actitud descomedida y grosera de una estudiante ante la autoridad.

Si todos los docentes mantenemos una misma actitud de exigencia, de respeto a nuestro trabajo, de seguro al menos, lograremos que la tarea de todos los dias, no se convierta en incertidumbre y temor. Hagamosles saber a los estudiantes que la base de toda relación social es el respeto y que mis derechos terminan donde incia el derecho de los demas. Gracias y levantemos ya la voz!